[ 19-07-2016 ]
Hace mucho tiempo, las tierras sobre las que se asienta Santa Pau, pueblo de piedra gris y perfil medieval, situado dentro del parque natural de la Garrotxa, eran sacudidas por cincuenta volcanes. El paso del tiempo los ha domesticado, camuflando a la mayoría bajo bosques de hayas. Los que permanecen a la vista confieren al paisaje un toque lunar que contrasta espectacularmente con el resto del entorno. El volcán Santa Margarida es el más famoso, y en su interior se encuentra la ermita románica de Santa Margarida de la Cot, donde se venera una imagen del S.XVI. También es muy impactante el vocán del Croscat, cuyos materiales proyectados por la erupción cubrieron una superficie de 20 Km2 y formaron un cono de 160 m de altura con un cráter en forma de herradura. También tiene algo de sobrenatural la Fageda d'en Jordá, el bosque de hayas que nace y se alimenta del suelo volcánico, a la vera de la carretera que une Santa Pau con Olot.
El pueblo de Santa Pau, es de por sí una joya medieval magníficamente conservada.
El castillo del siglo XII, conserva un excelente retablo de alabastro de la Pasión, realizado en 1340 y considerado como uno de los más antiguos del gótico catalán. La iglesia de Santa María, construida en 1430 en estilo gótico, fue declarada en 1971 Monumento Histórico-Artístico. Se encuentra dentro del casco antiguo, que también ha sido declarado Monumento Histórico-Artístico debido al perfecto estado de conservación de sus casas, algunas con todo el sabor de la la época medieval.
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ETIQUETAS: Santa Pau, La Garrotxa, Volcanes, Parque Natural, Casa rural
[ 19-04-2010 ]
La actual erupción del volcán islandés de nombre impronunciable ha traído a la actualidad la mayor erupción que se conoce en los últimos 2 millones de años. Hace unos 74.000 el volcán Toba en la isla de Sumatra (Indonesia) arrojó a la atmósfera más de 2.500 km3 de cenizas. La Tierra quedó en penumbra, el Sol no traspasaba las tinieblas y la temperatura atmosférica se calcula que pudo reducirse hasta 10 grados centígrados. Nuestros antepasados, que apenas estaban empezando a salir d África, quedaron reducidos a unos pocos y dispersos grupos, quizás no más de 4 o 5.000 individuos en total, en escondidos refugios durante 10 o 20 años. Los ecosistemas padecieron una devastación general y el curso de la vida solo se reemprendió con dificultad tras años de aletargamiento.
¿Podríamos volver a vivir algo semejante? No parece probable por ahora. El volcán islandés no le llega al indonesio ni a la suela de los zapatos: los vulcanólogos estiman que no vomitará ni 0,1 km3 de cenizas, 25.000 veces menos que el monstruo de Sumatra... poco, pero suficiente para provocar el caos aéreo en medio mundo.
ETIQUETAS: Toba, Eyjafjallajokull, homo sapiens, volcanes, enfriamiento global