[ 13-02-2014 ]
El Reino de los Mallos está formado por una serie de pueblos situados en las inmediaciones de estos caprichos de la naturaleza localizados en el Prepirineo oscense, famosos por estas formaciones rocosas rojizas y extravagantes que, atravesadas por la garganta del río Gállego, alcanzan más de doscientos metros. Los más famosos son los de Riglos, un pueblo pequeño en el que la mayoría de las casas lucen el blanco de cal en sus paredes, quizá para destacar bajo la sombra permanente de las rocas. Uno de los mejores sitios para contemplarlos es el mirador Rábada-Navarro, sobre todo a la puesta de sol, cuando los mallos se tiñen de rojo dibujándose en el azul del cielo. Tras ellos, la leyenda asegura que habita una Giganta, bruja hilandera, que apoyando sus descomunales pies en dos de las rocas, se agacha para mojar el lino en las oscuras aguas del río. Riglos es a su vez un paraíso para los escaladores (alrededor de 200 vías hay abiertas en las paredes de estos riscos). Desde el mirador de los Buitres también se obtiene una vista espectacular sobre los mallos, así como de las ruinas del castillo de Marcuello (del siglo XI) y de todo un paraíso ornitológico en el que se puede contemplar la mayor colonia de buitres leonados de todo el Pirineo aragonés. En Murillo de Gállego hay una buena oferta de alojamiento en casas rurales.
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