[ 04-04-2016 ]
La historia de la vall de Boí en la Edad Media se inicia alrededor del siglo IX en el momento de creación de los primeros condados y reinos pirenaicos cristianos. Por su situación limítrofe y de continuo conflicto entre los nobles pirenaicos se edificaron una serie de castillos, en la actualidad mal preservados, la mayoría de los cuales pertenecían a los señores de la Vall. Las iglesias sin embargo se encuentran en excelente estado de conservación y su elevado número demuestra la alta densidad de población de la época.
El arte románico catalán, como el de toda Europa, fue recogiendo los elementos formales de los estilos medievales anteriores (en este caso el visigodo, el carolingio, el mozárabe) y del arte romano provincial, de modo que todas las iglesias del valle de Boí han alcanzado en su conjunto el nivel de paradigma de todo el arte románico catalán. El esquema constructivo consta, en su mayoría, de una nave de planta rectangular circundada por ábsides de distinto tamaño y un campanario de gran altura que supone uno de los elementos más característicos de este conjunto arquitectónico.
L`Assumpció de Cóll, con toda su sencillez primitiva coronada por cubiertas azules, La ermita de Sant Quirç de Durro, La Nativitat de Durro, o la más conocida, Sant Climent de Taüll, cuya torre del campanario alcanza los seis niveles por encima del zócalo, constituyen algunos ejemplos de este monumento cuyo conjunto fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 2000. Aparte de su belleza intrínseca y de su esmerada armonía con el paisaje, estos edificios han llegado a tener un papel singular en el arte catalán también por la riqueza de sus elementos decorativos y mobiliarios, en un estado de conservación y de una calidad excepcionales.
La arquitectura integrada en el paisaje forma una visión espectacular. Asombroso valle rodeado de montañas en armonía con construcciones de piedra enmarcadas por las montañas de fondo, que bien pueden formar una hermosa postal invernal bajo la nieve o una imagen casi mágica cuando llega el calor y resurge el verde.
La vall de Boí cuenta además con otros importantes recursos como el parque Nacional de Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici, el balneario de Caldes de Boí, o la estación de esquí de Boí Taüll, para completar un viaje cuyas posibilidades pueden hacerlo redondo e inolvidable.
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