[ 30-04-2010 ]
Durante siglos los ganaderos tuvieron que mover anualmente sus rebaños por la península en busca de pastos para sus ovejas, creando así una red de varias decenas de miles de km de vías pecuarias que atraviesan los lugares más recónditos y generalmente mejor conservados del país. Hoy la ganadería trashumante es una actividad económicamente marginal y esos caminos están sometidos al expolio de los propietarios cuyas tierras cruzan. Sin embargo aun estamos a tiempo de conservarlos adecuándolos a un uso recreativo y medioambiental, demanda de turismo rural que crece exponencialmente entre los agobiados habitantes de la ciudad. Algunos gobiernos autónomos, como el valenciano, están preparando ya la normativa legal para ello, en la que se compatibiliza su uso tradicional con el senderismo, el cicloturismo, la cabalgada recreativa etc. Para evitar interminables disputas legales en torno a la propiedad, se ha desechado el deslinde como único procedimiento y se prioriza el acto administrativo de declaración de la vía pecuaria, lo que impide cerrar las vías, edificar en ellas o cambiar su uso por otro distinto al forestal o agrícola. En zonas ya urbanizadas las vías tendrán la calificación de paseos o alamedas y su conservación estará a cargo del municipio. De esta manera se asegura su uso público, tanto ganadero como recreativo y medioambiental independientemente de la propiedad de las vías y como una servidumbre en el uso de las mismas. Es un ejemplo de cómo las nuevas demandas urbanas de uso sostenible del medio natural vienen en ayuda de los sectores agroganaderos tradicionales, arrinconados precisamente por el imparable crecimientode las ciudades en el último medio siglo.
ETIQUETAS: Vías pecuarias, trashumancia, senderismo, cicloturismo, turismo rural