[ 18-09-2015 ]
Cuando hablamos de humedales en España los primeros que aparecen son los 2 mayores, Doñana y el Delta del Ebro. Pero la red más extensa y más importante de la península y de toda Europa está en la Comunidad Valenciana. La forman 48 humedales con una extensión total de 45.000 Ha, seis de ellos reconocidos de importancia internacional por el convenio Ramsar y protegidos bajo la figura de Parque Natural: la Albufera de Valencia, el Prat de Cabanes, la Marjal de Pego-Oliva, las Salinas de Sta. Pola, el Hondo de Elche y las lagunas de La Mata-Torrevieja. Su importancia biológica es enorme: hasta el 70% de las especies raras y endemismos o en peligro de extinción de la Com. Valenciana habita en estas zonas húmedas, entre ellos la totalidad de las aves. Hay especies como la cerceta pardilla o la malvasía que concentran el 80% de su población europea en estos enclaves. En la Albufera se reunen hasta 70.000 aves en época migratoria. Por no hablar de su riqueza en especies únicas o extremadamente raras como el fartet y el samaruc entre los peces o algunas especies de plantas insectívoras acuáticas, una verdadera rareza botánica.
Pero los humedales no son solo una reserva extraordinaria de vida animal y vegetal, también cumplen un importantísimo papel en la renovación y depuración del agua (se les ha definido como los riñones del planeta) así como en la absorción del CO2 atmosférico, siendo su capacidad hasta 6 veces mayor que la de los bosques, entre 2 y 5 toneladas de dióxido de carbono por Ha/año. Hasta no hace mucho, los humedales eran considerados zonas improductivas y focos de epidemias a desecar para la edificación y la agricultura. Hoy la conciencia sobre su importancia para el ciclo de la vida está haciendo posible la conservación de los que no habían sido arrasados. Además hay que considerar su creciente valor como elementos de dinamización de su entorno para el turismo rural.
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